El dolor que ocasionan las varices puede en algunos casos desesperarnos. Piernas cansadas, hinchazón de tobillos y pies, dolor, amoratamiento, son solo algunos de los síntomas que deseamos combatir a toda costa.
Las varices son extremadamente frecuentes, afectando a 1 de cada 2-3 personas. ¿Los motivos? Lo cierto es que pueden aparecer en cualquier momento y en cualquier persona. Tradicionalmente, las varices se han relacionado con las personas que sufren de sobrepeso o que llevan una vida sedentaria. Ambos factores propician la aparición de varices, pero no son determinantes ni exclusivos. Cambios hormonales producidos por los anticonceptivos, el embarazo o herencia genética, también se encuentran entre las razones que causan la aparición de las varices.
Por otro lado, las mujeres somos más susceptibles de padecerlas, según afirma la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular: un 60% de mujeres tiene varices frente a un 40% de hombres.
Existen algunos enemigos letales de las varices que pueden influir decisivamente en su aparición temprana, por ejemplo:
A la hora de combatirlas y paliar sus efectos, se han empleado todo tipo de remedios: baños con agua fría; masajes circulares con alcohol o aceite de romero; colocar las piernas en alto a lo largo del día; variar la postura si pasamos muchas horas de pie; toma abundante de agua e ingesta de alimentos ricos en fibra y omega 3.
Junto a todos estos remedios, la suministración de medicamentos antinflamatorios se hizo extremadamente popular para el tratamiento de las varices. Entre estos medicamentos se encuentra la aspirina.
Sabemos que, la aspirina, es famosa por sus efectos calmantes de dolor, así como antinflamatorios. Ante esto, cabe preguntarnos ¿es bueno tomar aspirina para las varices? Comprobémoslo.
La aspirina se usa popularmente como analgésico para aliviar dolores y molestias menores, así como para reducir la fiebre. También es un medicamento de gran poder antiinflamatorio y se puede emplear como anticoagulante. Entre todos estos usos, también se emplea para el alivio de dolores de cabeza, dolores menstruales, resfriados y gripe, esguinces y distensiones, y afecciones a largo plazo, como artritis. Pero ¿qué hay del uso de la aspirina para las varices?
Durante muchos años se ha sostenido que, las aspirinas, tienen la cualidad de prevenir el desarrollo de problemas cardiovasculares. El ácido acetil salicílico ayuda a prevenir la formación de coágulos dentro de las arterias, dado que bloquea el funcionamiento normal de las plaquetas, impidiendo que estas se peguen a las paredes de las arterias, lo que pudiera derivar en una trombosis u otros eventos cardiovasculares graves.
Sin embargo, no existe, a día de hoy, ninguna evidencia científica que demuestre estos beneficios preventivos primarios en aquellas personas que mantienen una dieta sana y un estilo de vida saludable. Sin embargo, si, por desgracia, tenemos antecedentes de infartos, trombosis o problemas vasculares, como varices, la aspirina puede actuar como un buen agente preventivo, dado que inhibe la coagulación de las plaquetas.
Ahora bien, las varices pueden ocasionar, en los estadios más graves, la formación de úlceras. Se trata de lesiones en la piel de las extremidades inferiores, especialmente ubicadas en los tobillos, muy difíciles de curar que llegan a ser muy dolorosas.
Tomar aspirina para varices que han derivado en la formación de úlceras sí resulta beneficioso, pues se ha demostrado que la ingesta de aspirinas puede curar las úlceras en pacientes. Pese a los resultados obtenidos en estas pruebas, la razón por la que la aspirina puede ser eficaz en el tratamiento de las úlceras varicosas no está excesivamente clara. Se cree que podría deberse al efecto de la aspirina sobre la agregación e las plaquetas.
A la hora de determinar si es malo tomar aspirina para varices, lo cierto es que no pueda decirse que sea del todo malo, dependerá de cada persona. Sin embargo, siempre es recomendable consultar a los expertos, puesto que, en el caso de que nuestra coagulación plaquetaria funcione perfectamente, la ingesta continuada de aspirinas puede reducir demasiado la coagulación, aumentando el riesgo de sufrir sangrados internos en caso de personas con riesgo por úlceras de estómago, esófago o intestino.
La ingesta de la aspirina en varices siempre ha ido precedida del efecto vasodilatador del ácido acetil salicílico, pero, como medicamento que es, no podemos suministrarnos aspirinas de manera sistemática y sin control, dado que puede tener serios efectos y resultar peligroso si abusamos de ellas.
Lo que podemos determinar con toda seguridad es que el uso de la aspirina para eliminar varices no es efectivo. Constituye un mito que debemos de desterrar para evitar una ingesta descontrolada a fin de conseguir algo que no se va a producir. Las aspirinas pueden ayudarnos a paliar el dolor derivado de la inflamación vascular, pero no eliminaremos las varices a través de la ingesta de aspirinas.
Entre los tratamientos más efectivos para la eliminación de las varices, cabe citar el tratamiento esclerosante. Se basa en la inyección de una sustancia en el interior de la variz, que ocasiona una irritación en el interior del vaso, seguido por la descamación de la piel. Estos efectos producen un colapso y/o fibrosis del vaso para, posteriormente producirse su absorción y desaparición.
Por otro lado, la cirugía es otro de los tratamientos más efectivos en la eliminación de las varices de gran tamaño. Existen diversas técnicas para producir la eliminación de las varices, pero entre ellas destacan el endoláser o radiofrecuencia. Este tratamiento consiste en introducir un catéter a través de la variz, y una vez que está dentro, aplicar energía térmica para atrofiar el endotelio del vaso, y coagular y sellar la vena. A diferencia del tratamiento esclerosante, esta técnica sí precisa de ingreso hospitalario dado que pueden surgir molestias en el postoperatorio.