Los problemas de varices son muy comunes en la población. Afortunadamente, los medios para detectarlas y tratarlas son cada vez más efectivos. Ramas como la flebología se encargan de estudiar todo lo relacionado con las venas superficiales y profundas, siendo capaces de tratar estas patologías venosas. En este artículo vamos a explicarte qué significa flebología, para qué sirve y qué enfermedades pueden tratarse con ella, entre otras. ¡Sigue leyendo este artículo para más información!
Cuando hablamos de qué significa flebología hay que entender que esta es una rama de la medicina que se especializa en el estudio de la anatomía y de la fisiología de las venas superficiales y profundas que están presentes en el cuerpo humano. Se trata, así mismo, de una rama que va vinculada a la especialidad médico-quirúrgica de la angiología. La flebología para varices cumple una función muy señalada, ya que gracias a las diferentes técnicas que ofrece es posible diagnosticar las patologías venosas, como puede ser el caso de las varices y de las hemorroides. Pero también de prevenir mayores complicaciones, como es el caso de las úlceras varicosas, las tromboflebitis o las flebotrombosis.
Las enfermedades venosas pueden ser muy diversas, dependiendo de la zona en la cual tengan lugar y de la gravedad. El médico especializado en flebología para varices y cirugía vascular suele tratar enfermedades venosas como:
Como explicábamos más arriba en el punto qué significa flebología, el flebólogo es el especialista encargado de diagnosticar y tratar los síntomas y afecciones ocasionados por problemas en las venas. Por lo general, se recomienda acudir al flebólogo cuando el paciente experimente una serie de síntomas relacionados con una sensación de piernas cansadas, así como de calambres, dolor en las piernas y aparición de varices, así como de posibles venas dilatadas. El paciente debe acudir al flebólogo para que pueda evaluar cada caso y determinar si se trata únicamente de un problema estético o si la afección es más grave.
Las varices son un problema que no deben tomarse a la ligera, la razón de ello se debe a que estas pueden ocasionar serios problemas si no se ponen los remedios necesarios. Y es que las varices tienen lugar cuando las venas no realizan adecuadamente el retorno de la sangre, lo que ocasiona una insuficiencia venosa —estas pueden aparecer en forma de araña vascular, de venas varicosas o, incluso, de úlceras—. El flebólogo determinará si el problema puede ser tratado con métodos más o menos invasivos —como es el caso de la microespuma para varices, para tratar la insuficiencia venosa y acabar con las varices sin necesidad de llevar a cabo una cirugía—.
En resumen, el paciente debe acudir a una clínica cuando presente los siguientes síntomas:
Son varios los motivos por los cuales pueden aparecer las varices o exista un problema de insuficiencia venosa. La insuficiencia venosa tiene lugar cuando las venas son incapaces de cumplir adecuadamente su función de retorno de la sangre al corazón, lo que —entre otras— suele ocasionar molestias, sensación de pesadez en las piernas y dolor. El cúmulo de sangre que se acumula en las venas hace que estas se dilaten y que se hagan más visibles y palpables. La flebología para varices estudia estos casos, los cuales suelen ser consecuencia de:
El problema de las varices —el cual suele afectar a 1 de cada 10 personas, y con mayor frecuencia en mujeres— es que estas tienen a hacerse más grandes con el paso del tiempo y, en los casos más graves, pueden dar lugar a que aparezcan las úlceras varicosas sumado a un cambio en la pigmentación de la piel.
Prácticamente en el 95% de los casos el problema de varices puede tratarse sin necesidad de llevar a cabo una operación con cirugía. Este tratamiento se conoce como microespuma (escleroterapia). Para llevar a cabo el mismo, los especialistas inyectan esta sustancia en la vena enferma. Esto ayuda a que la sangre se desplace a través de ella y a que se pueda tratar la vena de manera selectiva. Lo que ocurre es que esta se endurece y finalmente acaba desapareciendo al ser absorbida por los diferentes procesos metabólicos del cuerpo humano. Además, este tipo de tratamiento no requiere reposo ni baja laboral, al paciente se colocará un vendaje o una media elástica durante unos días únicamente. De hecho, tras el tratamiento, el paciente podrá regresar a casa caminando. Este tratamiento para las varices es rápido, sencillo e indoloro.
La flebotomía puede tratar las varices, así mismo, con cirugía. En este caso, lo que se hace es realizar cortes muy pequeños cerca de las venas dañadas —en el caso de venas varicosas superficiales— para después retirarlas. Estos tratamientos emplean un método con luz láser por debajo de la piel para guiar el tratamiento. Otro de los tratamientos que suelen emplearse para tratar las varices es la ablación. En este caso se emplea calor intenso para tratar las venas y, para ello, puede utilizarse energía por radiofrecuencia o energía láser. Lo que hace el médico, en este caso, es punzar la vena enferma y deslizar un tubo flexible conocido como catéter hacia arriba y a lo largo de esta. Finalmente, el catéter envía calor intenso a la vena. Con ello, se consigue sellarla y destruirla para que, con el paso del tiempo, acabe desapareciendo.
Todas las técnicas son efectivas y pueden ser empleadas en distintos casos, aunque la escleroterapia es hoy en día la solución más empleada debido a su rapidez, efectividad y ausencia de dolor tras la operación.