Cuando la presencia de varices se agrava con el paso del tiempo pueden llegar a producir dolor e inflamación en su estado más avanzado. Su aparición se debe por lo general a un mal estado del sistema circulatorio en la parte baja de las piernas, en la zona próxima a los talones, donde se crean protuberancias en las venas que retienen la sangre e impiden que el sistema realice el retorno venoso de la manera adecuada.
En determinados casos, no queda más remedio que pasar por el quirófano para operarlas para evitar la molesta sensación de congestión e inflamación que producen las varices en su estado más avanzado. Una operación de varices es realmente sencilla, aunque la posibilidad de que puedan aparecer bultos después de una operación de varices y el tiempo de recuperación necesario para volver a hacer vida normal hace que afloren las dudas entre quienes han de someterse a una cirugía para tratar las venas varicosas.
Aunque como decíamos las varices suelen aparecer por una insuficiencia venosa en el retorno de la sangre, también pueden influir otra serie de factores que pueden actuar de catalizadores para que las varices acaben haciendo acto de presencia.
Al contrario de lo que algunos pacientes creen, la herencia genética tiene mucho que decir en la aparición y cronificación de las varices. Si un familiar allegado ha sufrido este problema, es más probable que alguien de la familia tenga más predisposición a sufrirlo.
La obesidad y los hábitos sedentarios también juegan un papel fundamental aquí, y es que la escasez de movimiento contribuye a que la sangre se acumule en las zonas bajas del sistema circulatorio, sobre todo en la parte posterior de las venas, impidiendo el adecuado retorno de la sangre.
La edad, utilizar ropa apretada o haber estado embarazada también son factores que contribuyen a su aparición, aunque dependen de la constitución y la predisposición de cada persona y es conveniente analizar cada caso de manera individual.
Las varices crean al aparecer un efecto antiestético muy pronunciado que se agrava con el tiempo, conforme las venas varicosas van aumentando su tamaño. Pero su presencia también tiene afecciones médicas, perjudicando el retorno venoso y pudiendo llegar a limitar el movimiento. Por eso, en ocasiones lo mejor es recurrir a la operación de varices cuanto antes para eliminar el problema lo más pronto posible y evitar otras complicaciones derivadas de la cronificación de las venas varicosas.
La presencia constante de varices puede desembocar en hemorragias localizadas, que se producen cuando la vena se rompe al no soportar la presión sanguínea a la que está expuesta. También es posible sufrir de trastornos cutáneos y pigmentaciones en la piel, ya que cada vez son más visibles si no se tratan a tiempo y la zona se torna más propensa a sufrir úlceras (las úlceras venosas tienden a aparecer al no tratarse, por lo que el problema es doblemente grave).
Otro de los problemas derivados que es posible evitar mediante una operación de varices es la varicotrombosis, la formación de coágulos en la sangre que impiden la correcta circulación de la misma por las venas, así como la flebitis, un tipo de inflamación que se produce a causa de la formación de coágulos y trombos.
La cirugía más frecuente para tratar las varices es la safenectomía, también conocida como fleboextracción completa, una operación que consiste en la extirpación de las venas safenas afectadas. La gran mayoría de las venas se producen en esta vena, que va desde el pie hasta la ingle, por lo que es la que se interviene en la gran mayoría de ocasiones.
La recuperación de una operación de varices se hace por fases para garantizar que es completa. Una vez pasen 24 horas, las vendas elásticas serán retiradas y se sustituirán por unas medias de compresión tipo panty, bien hasta el muslo o bien hasta la rodilla, según lo considere el propio cirujano. Estas medias serán llevadas durante todo el día durante una semana.
Para que la recuperación de la operación de varices sea menos molesta para el paciente, durante los primeros siete días se podrá aplicar bolsas de hielo en las zonas donde estaban las varices o donde se puedan apreciar hematomas. Las bolsas de hielo hay que cambiarlas de sitio cada quince minutos para evitar daños por una excesiva aplicación de frío.
Dado que el tiempo de reposo tras la operación de varices puede variar, es primordial tener paciencia e ir paso a paso. Seguir las indicaciones de los médicos para que la recuperación de la operación de varices sea total es fundamental, y garantizará poder andar cómodamente en el futuro una vez todo el proceso post operatorio haya finalizado.
Para evitar la aparición de bultos después de una operación de varices, es importante mantener las piernas elevadas en un ángulo de más o menos 45 grados, bien acostado o sentado. Seguramente los médicos recomienden no permanecer sentado más de media hora cada vez, por lo que conviene estar atento a los tiempos.
Aunque en todo proceso post operatorio el reposo es importante, el movimiento también juega un papel importante y es preciso realizar pequeños paseos de media hora aproximadamente por superficies planas, alternándolas con el tiempo de reposo, que tras la operación de varices ocupará gran parte del día.
Si todo va bien, los cuidados después de una operación de varices podrán concluir de manera progresiva tras la primera semana, pudiendo hacer vida normal siempre que no haya complicaciones. Eso sí, al igual que en los primeros días de recuperación de la operación de varices, es preciso utilizar las medias de compresión.
Entre los cuidados a mantener después de una operación de varices se encuentra la limpieza frecuente de heridas (la povidona yodada puede resultar de especial utilidad), el uso de gasas empapadas en agua oxigenada para desinfectar la zona y aliviar las sensaciones de opresión (es posible que aparezcan bultos después de una operación de varices por el cambio en la presión de una zona determinada del sistema circulatorio) y mantener intervalos similares de tiempo de reposo, tanto tras la operación de varices como en las dos semanas posteriores.
Conviene recordar que la ingesta de líquidos es especialmente importante. De hecho, es habitual que entre las indicaciones del equipo médico para llevar a cabo los pertinentes cuidados después de una operación de varices se incluya una directriz que indique la ingesta habitual de agua o líquidos.