Las varices son venas hinchadas y retorcidas que pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, aunque son más frecuentes en las piernas y afectan especialmente a las mujeres. Su origen puede deberse a factores como la falta o el exceso de ejercicio físico, la edad, la predisposición genética o el hecho de permanecer de pie durante horas.
Las varices son una manifestación de insuficiencia venosa, un trastorno que altera el funcionamiento de las válvulas venosas y dificulta el retorno sanguíneo, lo que provoca la acumulación de sangre en el interior de las venas afectadas, lo que hace que estas se hinchen y que adquieran una tonalidad azulada o rojiza.
Algunos de los principales síntomas de las varices pueden ser hormigueos, picores, sensación de quemazón, hinchazón, calambres nocturnos y una constante sensación de pesadez en las piernas. En muchos casos, los profesionales recomendamos la intervención quirúrgica para eliminarlas por completo y mejorar la calidad de vida de los pacientes de una manera definitiva. Puedes obtener más información si lees el artículo que encontrarás en el siguiente enlace: https://www.varicenter.com/es-dolorosa-la-operacion-de-varices-todo-lo-que-debes-saber/
Tras la operación, es normal experimentar cierto grado de dolor en la zona intervenida, lo que puede ser motivo de preocupación para muchas personas. En este artículo, te vamos a explicar cuáles pueden ser las causas del dolor de varices después de una operación, las molestias específicas que pueden aparecer concretamente en la pierna izquierda, los medicamentos que pueden ayudar y si los tratamientos naturales pueden ser eficaces.
El procedimiento quirúrgico para eliminar las varices puede incluir distintas técnicas, entre ellas la safenectomía o la fleboextracción completa, realizadas tanto con bisturí como con láser. En estos casos, se extraen las venas safenas internas o externas a través de pequeñas incisiones en la ingle, la rodilla, el tobillo o la parte inferior de la pierna. Se trata de una cirugía mínimamente invasiva que ofrece excelentes resultados, aunque el proceso de recuperación puede prolongarse entre 2 y 4 semanas, dependiendo de la gravedad de las varices tratadas.
Durante este período de recuperación, es habitual experimentar dolor en la pierna después de la operación de varices. Sin embargo, es fundamental estar atento a determinados signos que podrían indicar complicaciones. Si la zona intervenida se inflama en exceso, presenta enrojecimiento persistente, emite calor, genera un dolor punzante o se observa la presencia de pus o sangrado excesivo, se debe acudir al especialista de inmediato.
Otros signos de alerta que también debemos mencionar son la aparición de fiebre o la pérdida de sensibilidad en la zona operada, ya que podría tratarse de una infección o alteraciones de la cicatrización. Sin embargo, el dolor en la pierna después de una operación de varices es habitual, ya que, como hemos mencionado, el organismo requiere de un periodo de recuperación. Normalmente, esta molestia desaparece con el tiempo, pero si no lo hace, por supuesto, hay que consultar con un especialista.
El dolor de varices en la pierna izquierda es un síntoma bastante frecuente para aquellas personas que sufren algún tipo de insuficiencia venosa. En muchos casos, las molestias se presentan de forma unilateral debido a que las varices pueden afectar más a una pierna en comparación con la otra. Sin embargo, no es inusual que aparezca dolor de varices en la pierna izquierda o incluso en la derecha. En cuanto a las causas, podemos decir que se puede deber a un traumatismo o a periodos de inactividad prolongada e incluso, en casos extremos, a una trombosis venosa profunda.
El dolor de varices en la pierna izquierda o en la derecha suele manifestarse como una sensación de pesadez y cansancio que aumenta a lo largo del día. En algunos casos, puede agravarse si permanecemos en una misma posición de manera prolongada o en aquellas temporadas en las que hace calor. En estadios más avanzados, el dolor puede volverse punzante e incluso generar calambres nocturnos, lo que puede afectar a la calidad del sueño y al bienestar general del paciente.
Para aliviarlo, es recomendable el uso de medias de compresión, descansar con las piernas elevadas y aplicar frío en la zona para reducir la inflamación. Ahora bien, en caso de trombosis venosa profunda, es decir, cuando se forma un coágulo sanguíneo en una vena profunda, hay que estar atentos a los síntomas, como dolor intenso, inflamación, calor y enrojecimiento de una de las piernas. En este tipo de casos, hay que acudir a un profesional cuanto antes, ya que este problema puede afectar gravemente a tu salud.
Es importante distinguir entre los medicamentos indicados para el dolor tras una operación de varices y aquellos destinados a aliviar las molestias causadas por varices no tratadas quirúrgicamente. En el primer caso, los especialistas suelen recetar antiinflamatorios y analgésicos como el ibuprofeno o el paracetamol para controlar el dolor después de la intervención.
Sin embargo, si aparecen signos de infección, siempre bajo prescripción de un profesional de la medicina, es necesario el uso de antibióticos. Por otro lado, para el alivio del dolor de varices en las piernas cuando aún no se ha realizado una operación, se pueden consumir algunos medicamentos analgésicos, como el paracetamol, el ibuprofeno o el ácido acetilsalicílico.
Además, algunos ungüentos y cremas con efecto refrescante pueden proporcionar alivio temporal de dolor y mejorar ligeramente la circulación, aunque en ningún caso suponen una solución definitiva. Ahora bien, también debemos decir que antes de someterte a una intervención quirúrgica para extirpar las varices, es fundamental que evites tomar algunos medicamentos anticoagulantes, como el ácido acetilsalicílico, el ibuprofeno, el naproxeno o la warfarina, entre otros. Ahora bien, si quieres saber cómo controlar el dolor de las varices pélvicas, puedes encontrar la información que necesitas a través del siguiente artículo: https://www.varicenter.com/como-aliviar-el-dolor-de-las-varices-pelvicas-5-consejos-para-lograrlo/
Los remedios naturales pueden ser una ayuda complementaria en el tratamiento de las varices, pero no sustituyen la intervención médica cuando es necesaria. Algunos remedios, como la aplicación de compresas frías, el uso de geles a base de castaño de indias o la ingesta de infusiones con propiedades venotónicas, pueden proporcionar alivio leve y temporal. Sin embargo, para solucionar el problema de forma definitiva, es necesario recurrir a los tratamientos médicos, como el uso de microespuma o, directamente, las cirugías.
Además, realizar ejercicio físico de manera moderada, como andar o practicar la natación, puede mejorar la circulación sanguínea y hacer que las varices sigan avanzando. Del mismo modo, mantener una alimentación equilibrada y evitar el sobrepeso son estrategias fundamentales para reducir la presión sobre las venas. No obstante, en casos avanzados, repetimos que la opción más eficaz sigue siendo la intervención con microespuma, láser o cirugía convencional, siempre realizada por un especialista.
En definitiva, podemos decir que las varices pueden causar molestias significativas y afectar la calidad de vida de las personas. A pesar de que existen tratamientos naturales que pueden ayudar a aliviar algunos síntomas, la solución definitiva al dolor de varices siempre debe pasar por la evaluación de un especialista y de los tratamientos especializados para mejorar la salud venosa y la calidad de vida de los pacientes.
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